FABULIS. CarmenL

Autores: CarmenL



Continuamos con las presentaciones a los autores de la antología del
I Concurso de Relatos Históricos Fábulis, de reciente edición. En esta oportunidad nos habla CarmenL, autora de El apóstol número trece; relato que ocupó el quinto lugar entre los más votados.


Empezaría presentándome; pero, por no aburrir, me limitaré a decir que soy aragonesa y que nací un día de otoño muy, muy frío en el que la niebla amenazaba con tragarse la ciudad entera. Estudié filología inglesa e idiomas, y luego anduve de un lado para otro; he vivido en Cantabria, en Galicia, en Mallorca y en Madrid. Ahora, cuando alguien me pregunta a qué me dedico, siempre le digo que soy "madre y escritora". Por este orden, además.

¿A qué momento de mi vida se remontan mis primeros escritos? Hummm, no lo sé con certeza, pero sí puedo asegurar que fue cuando me leí Mujercitas. ¿Cuántos años tendría?¿Doce, trece? Y me fascinó tanto Jo que decidí que yo también quería ser escritora (y rebelde, lo que pasa es que nunca tuve tanta energía para eso). Y sí, escribía cosas, pero no para ser leídas; ni siquiera tenían un principio o un final. El primer relato que sí lo tuvo (principio y final, me refiero) fue uno que presenté a un concurso, cuando ya había nacido mi hija pequeña. Me picó el gusanillo, me puse manos a la obra con más empeño, y un par de años más tarde me animé con una novela... que salió como salió, pero ¿quién soy yo para renegar de una criatura mía?

Ahora mismo no estoy escribiendo nada; pero proyectos, lo que son proyectos, tengo unos cuantos. Lo que me gustaría es cambiar de tercio; siempre me he movido entre el romance histórico y la histórica a secas, y me apetece experimentar. Quizá con el gótico: algún cuento de hadas oscuro. Sin embargo, mis probatinas tendrán que esperar; estoy embarcada en la traducción de una novela inglesa del XVIII que me absorbe tiempo y energías, y hasta que no le ponga el punto y final no quiero empezar nada nuevo... ¡que me conozco! En el fondo, y esto es algo que ya comprendí hace unos años, a mí lo que me gusta es concebir ideas fabulosas, aplicarme con ellas y tirarlas por la borda a mitad de camino. ¿Podría ser que llegue al medio centenar de borradores empezados y nunca terminados? Algunos no me importan, apenas tenían un párrafo. Pero tengo novelas con ciento y pico páginas escritas que se quedaron abandonadas en la cuneta. Sí, es una pena, pero quizá tendría que asumir que no es que me guste un género en concreto, sino no terminar (casi) nunca lo que empiezo.

En cuanto a la extensión, me siento más cómoda escribiendo novela que relato corto, aunque es más una cuestión de aptitud. Me resulta muy difícil concentrar una historia, por un lado, y por otro prefiero desarrollar personajes, más que acciones. Eso es muy complicado de llevar a cabo en relatos cortos. Hay escritores que lo hacen maravillosamente, desde luego, pero es importante conocer las limitaciones de cada uno.

Respecto a mis criaturas, si tuviera que elegir una supongo que me quedaría con "Nieve sobre el cerezo". Puede que no sea lo mejor que he escrito, (probablemente no lo será), pero con ella gané ni más ni menos que el primer premio del VII concurso Hislibris de relato histórico, ex aequo con "Pax Tibi", cosa que me animó a no dejar de escribir.

Dejando de lado de mi fárrago escritoril, mis preferencias como lectora sí van bien encaminadas. Lo que más me gusta leer es novela inglesa, tanto del XIX como del XX. No es que no lea otra cosa, pero es una franja que no suele decepcionarme. Leo muy poca literatura en español de autores vivos, nada de literatura francesa o italiana (mera cuestión de gustos) y, de cuando en cuando, picoteo por el este: rusos y japoneses, sobre todo. Mis autores de cabecera son Jane Austen, Graham Greene, Maugham, Angela Carter... De todas formas, creo que no se puede determinar la influencia de un solo autor, sea para bien o para mal; todo lo que hemos leído nos condiciona, igual que en la vida somos un todo conformado a partir de cada una de las personas que hemos conocido y las experiencias que hemos atravesado. Otra cosa es que nos percatemos en mayor o menor medida.

Y, para terminar, ¿qué opino sobre Fábulis? Cuando me presentaron el proyectó lo vi todo como a través de la bruma; pero, afortunadamente, nadie escuchó mi pronóstico del tiempo. Ha sido precioso ver cómo se iba fraguando el proyecto y cómo echaba a andar, y me siento tan orgullosa y feliz de que se me haya permitido participar en él, que lo único que puedo decir es: Gracias, Fábulis.


Descarga el relato de CarmenL, El apóstol número trece y el resto de relatos que componen la antología del I Concurso de Relatos Históricos Fábulis